Me propuse ponerlo así, en cuatro patas, como perrito, exigirle una sumisión humillante para el macho, una apertura sin reservas, y lamerlo de atrás, para que sienta lo que una mujer siente cuando la lamen así, tan íntimamente, tan hondo que pareciera que ya no tiene más secretos para con el mundo.
Ver su colgajo desde una perspectiva superior, ver su colgajo erigirse, lentamente, y perderse rumbo a su ombligo, excitado por un placer que según, la norma occidental (y católica), debiera restringirse a la mujer o al homosexual.
El poder y el orgullo de un hombre lamido en sus trastes, se enternecen, proporcionalmente a la dureza que adquiere su verga.
Me propuse lamerlo así, jugar con su boquita sagrada, que en ciertas formas, ya no se resiste. Contemplar su ondulación tan femenina. Derribar muros. Intentar, al menos, que comprenda, cuánto placer le sobreviene a una mujer lamida en cuatro patas.
11 comentarios:
Seguro que más de uno se negaría en rotundo...
Besos.
tu entrada un goce para la lectura y los sentidos. me ha gustado pero tratemos de ir un paso más allá...
un abrazo.
Todo es posible...nunca me he sentido humillado en manos de una mujer que busca mi placer...un abrazo a tu valentía desde azpeitia
Absolutamente impertinente, Doña Bang! Un abrazo.
Y qué tal la experiencia ?---Aguantó hasta el final ?
bsos
Muchos saldrían corriendo. Ellos se lo pierden.
Un beso.
Entraste en el sumo deseo de un macho. El que diga lo contrario es un represivo de mierda.
Besos. En la mejilla.
Hola
Soy Carolina Bang, he estado leyendo tu blog y la verdad es que me gusta y me entretiene...No me importa que uses mi foto, pero por favor, deja claro que no soy yo la que escribe.
Muchísimas gracias
Un saludo!
Así se hará, Doña Carolina, que sus deseos son órdenes y su belleza inmortal lo amerita. La abrazo fuertemente.
caramba que cosas...así que hay una Carolina Bang famosa?
Vaya cosas escribes. Me estoy riendo, vaya fórmula matemática.
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